Hace una semana que el cerro viejo nos mando a nuestras casas con la palabra fracaso en nuestras mentes, así que ahora veníamos decididos a todo, dispuestos a vencer cualquier obstáculo, cualquiera, con tal de llegar a su retadora cima. Un amistoso poblador de “Potrerillos” nos comentaba de la dificultad para subir por ese lado, y nos desalentó un poco. De hecho hasta nos dio una bendición y nos dijo “no se vayan a perder”, aunque el no sabia de las bondades de nuestro equipo electrónico de navegación, ni de nuestra habilidad para andar entre la densa vegetación ante la ausencia de caminos.
Por suerte la camioneta 4x4 facilito las cosas, acercándonos a la falda de la montaña, hasta mas no poder.
Asi comenzaba el gran reto. Llegaríamos ese dia? Solo el creador de esta montaña lo sabia.
Poco después Andrescoutt recibe una profusa herida al resbalar durante la escalada, esto, debido al desmoronamiento de su punto de apoyo. Nachoscott le presta su navaja suiza para retirar los sólidos y agudos fragmentos dentro la herida, lo que es necesario para permitir una cicatrización libre de infecciones.
En un par de minutos, Andrescoutt dijo estar listo para seguir subiendo, mientras Gerardoug nos esperaba pacientemente. Y como todo buen amigo, me pregunto si continuábamos o no. Yo le dije que si.
El primer descanso se dio a los 2330.8 metros de altitud. Podiamos ver la camioneta desde ahí arriba. Yo habia terminado con mi primer litro de agua, devolviendo a mi sangre la densidad adecuada.
Aun nos faltaban ascender cerca de 630 metros de altitud y varios kilómetros lineales, mi herida ardía con el sudor, pero jamás paso por nuestra mente darnos por vencido y regresar, así que continuamos...
Conforme la altitud era mayor y mayor, la vegetación cambio drásticamente, de áridos matorrales espinosos a frescos pasillos de verdoso esplendor y aromático olor similar al del té de manzanilla. Numerosas aves dejaban oír su canto recordándome al patio de mi abuelita en épocas de mi lejana niñez.
El blando y crujiente suelo hacia volar numerosas aves con el ruido de nuestros pasos.
Éramos como 3 diminutas pulgas caminando sobre el peludo lomo de un gigante durmiente, al que no le gustaba ser molestado durante su eterna siesta...
El segundo infortunio: la caida del explorador Nachoscott sobre una roca que disfrazaba la hojarasca, lastimando agudamente su costillar derecho. Tardo un poco en levantarse, pero finalmente lo hizo.
A 2640 metros de altura, nos sorprendió el avistamiento de el agónico lago de Chapala, a la vez que nuestro anterior record de 2500msnm en la cumbre del Puma, era rebasado.
“Aquí caen rayos!!” – Comento Andrescoutt
Se trataba de un gran árbol asesinado abruptamente por un rayo, y tras observarlo lastimosamente, lo acompañamos por un rato en medio la tranquilidad y frescura del bosque, regalandole además hidratación adicional.
La caminata continuó a paso acelerado, yo diría que a máximo ritmo, no se si en realidad a esa altura el oxigeno disminuye, pero ya costaba trabajo respirar. Ya habíamos superado los 2750msnm.
