Ampliamos las fronteras exploratorias dejando las altas montañas, profundas barrancas y valles boscosos por un nuevo reto acuático: cruzar de ida y regreso el Lago de Chapala en una pequeña canoa. En la foto inferior, el equipo de la NCA en los últimos preparativos.
En menos de una hora, ya estábamos divisando este gran Lago, desde la carretera.
Llegaríamos
al pie del cerro de García (conquistado anteriormente por la NCA), solo
que en esta ocasión seria remando y no caminando...
Después
de bajar la canoa, la botamos a la orilla del Lago, cerca de un área de
restaurantes conocida como “piedra barrenada”, aprovechando un pequeño
banco de arena.
A manera de prevención todos llevábamos chaleco salvavidas. Además: videocámara digital, GPS, celular y un bote vacío de 1 litro para sacar agua en caso de una contingencia o de lluvia. Todo el equipo electrónico venia herméticamente empacado en bolsas “zip-loc”@MR.
Todos remábamos con vigor y empeño, teniendo en la parte delantera Gerardoug...
y en la parte trasera, funcionando como timón y a la vez como potente motor de impulso Nachoscott...
Al igual que piratas en altamar, nos dirigimos a interferir otra
embarcación. Aunque nuestra captura fue solamente de imágenes.
Era el bote de Don Miguel, y su tesoro eran los peces, de los
cuales se ha mantenido toda la vida...”Cada vez hay menos”-nos
comentaba.
Su preciada mercancía le es comprada a solo $5.00 pesos el kilo. Así que su nivel de vida es obligadamente modesto y sus jornadas son de días completos.
Gerardoug capturaba en video nuestra entrevista al estilo “Don Cornelio”...
Pronto continuabamos nuestra travesía, alejándonos con rapidez. El sol
ya calaba muchísimo y apenas llevábamos medio Lago. El bloqueador solar
se había terminado.
Llevábamos 3 horas de remar, aunque a mi me parecía ya una eternidad...
Cuando vi la orilla acercarse, pude realmente sentir lo que es extrañar la tierra y apreciar lo que es un suelo firme, quizás algo similar a lo que experimentaron los invasores de este continente. Mis piernas deseaban con ansia un espacio mayor y yo, la posición de pie.
Cuando nuestros remos chocaron con la arena del fondo, todo
se volvió jubilo. Lo habíamos logrado! Estábamos al al otro lado del
Lago! Estos equinos fueron testigos de nuestro logro.
En el recorrido de reconocimiento y documentación de estas tierras nuevas para la NCA, encontré estos juncos...
y este pez muerto...
Creí
que iríamos a comer a San Luis Soyatlán, pero ningún explorador estuvo
de acuerdo. Debíamos regresar ya, para evitar la obscuridad de la noche.
Así, con corrientes a favor, y mayor velocidad (6Km/h),
rápidamente dejábamos atrás el territorio que llamamos “Los juncos
salvadores”.
Nos detuvimos a tomar agua, en lo que yo me tome la molestia de sacar
una muestra de un litro para comprobar la escasa transparencia del agua
...
Mientras Nachoscott aprovechaba para jalar una red colgada a un flotador improvisado con una botella vacía. Por la apariencia, el pez parecía tener días de muerto.
Para jubilo nuestro, algunas nubes se acercaban prometiendo sombra y
lluvia refrescante. Yo ya había acercado a mi mano el bote de 1 litro
para sacar el agua de lluvia.
El cerro viejo (conquistado ya por la NCA) era bañado por una de las 1ras lluvias del año...
Finalmente con 5 ½ horas de remo efectivo y 16.5 kilometros de navegación trazada en el GPS completamos la hazaña de cruzar el lago mas grande del pais. Sumando uno mas a los articulos en los archivos de la NCA.
Ver en el mapa nuestro recorrido, obsérvese que la orilla “Juncos salvadores”, otrora, estaba cubierta por agua.