ODISEA AL PLATANAR
Nuestra aventura
comienza en la remota Hacienda San Ignacio, lugar de descanso y esparcimiento
para los miembros de la NCA. Es una maņana de verano, de lluvias
abundantes, suelo lodoso y envolvente neblina. No hay ruido, el
silencio nos envuelve, solo percibimos el canto de las delicadas aves
silvestres y de las gotas de agua que caen del tejaban.
Nuestra mision: encontrar la
ruta al pueblo de Platanares a traves de las
montaņas, ya que Platanares aun es privilegiado de estar aislado de las
inconveniencias de la urbanizacion, haciendolo foco de atencion para la
NCA.
Aqui arriba vemos a
Nachoscott en una persecucion equina. Tal pareciera que desea agregar
algunos caballos de fuerza a su bicicleta. En fin, nos detenemos en la
orilla de la carretera a contemplar su agresiva hazaņa sin ninguna prisa.
Despues de varios kilometros de carretera y brechas alcanzamos las vias del tren, que fluyen paralelas al
rio Santiago (hoy muy crecido por las lluvias). Los durmientes
rectangulares, hacen que la suspension delantera sea de gran utilidad,
sin embargo las filosas rocas nos causarian multiples ponchaduras, sin
nosotros saberlo aun.
Y asi, llega el
momento de cruzar el rio Santiago. Dejamos las vias del tren para
abordar un puente del SIAPA, pero, verdaderamente cruzaria el rio?
Andrescoutt comienza a preocuparse, ya que no quiere acabar nadando.
Oh no !! parece que el puente solo llevaba a la orilla de una rugiente
presa con sus compuertas abiertas. De un lado sostiene toneladas de
agua del rio Santiago y del otro, es un profundo pantano cubierto de
vegetacion. Andrescoutt solicita ruta alternativa, pero Nachoscott
decide
antes revisar la orilla hacia el otro extremo. Aqui lo vemos arriba
caminar cual cabra de montaņa, sin temor a una peligrosa caida.
Podran nuestros amigos exploradores cruzar con sus
bicicletas por la orilla de la presa sin caer a los pantanos, o quedar a merced de la
rapida corriente del rio?
No se pierda el proximo capitulo de ODISEA AL PLATANAR, como una cortesia de:
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