ODISEA AL PLATANAR III


 

          
  En el capitulo anterior, nuestros amigos exploradores logran con exito cruzar el rio Santiago a traves del delgado y resbaloso muro de una ancha presa, con todo y bicicletas. Ahora se encuentran caminando sobre un extenso valle saturado de agua, semi-pantanoso y lleno de plantas con largas espinas, por lo que evitan montar las bicicletas por ahora. Todo esto hace mas lento el recorrido hacia las montañas.  (foto cortesia de Gerarduog)

           

  Una de las sorpresas que esconde este gran valle, es este particular tipo de hormiga (no, parte inferior de la imagen), que tras excavar tuneles subterraneos, hace estas formaciones elevadas similares a chimeneas industriales...
 
           


Veamos desde otro angulo:

          

  Sorpresivamente, el area del hormiguero es mas seca que el resto del valle, posiblemente la funcion de estas chimeneas es sacar la excesiva humedad del interior del hormiguero. No cabe duda de que la naturaleza esta llena de secretos. Bueno, basta de hormigas, que por tomar estas imagenes ya nos estan mordiendo. Sigamos adelante...
   Despues de caminar por largo tiempo y atravesar un intrincado alambrado de puas, finalmente estamos sobre este agradable camino, que promete ser la ruta a El Platanar.

          

Este trayecto resulta ser un gran alivio contra el exceso de lodo, ya que el camino es un verdadero arrollo de agua cristalina. Esto sirve para enjuagar a las bicicletas y a nuestro calzado, que lentamente vuelve a mirar la luz del dia dejando en la corriente, la capa de fango que los recubria.

           

  El recorrido es muy agradable. Si, ya lo habia dicho, pero es que es no podemos dejar de mencionarlo. El ruido de las llantas rompiendo continuamente la tranquilidad de estas aguas, nos relaja inmensamente. A exceptuar de algunos pozos que casi nos hacen caer, el piso es de un elaborado empedrado, lo que hace muy confiable el recorrido y se presta para desviar nuestra mirada a las montañas que nos rodean. Estamos inmersos en la frescura del campo y a lo lejos escuchamos el enrullecedor estruendo de tormentas lejanas, que nos prometen mas refrescantes lluvias. A esta aventura no podia faltarle mas.

  Eventualmente ingresamos al pueblo de El Platanar, ya algo cansados, sedientos y hambrientos. Sin embargo el sentimiento de logro nos hacia seguir avanzando en busqueda de una cerveza helada. Extrañamente el pueblo se ve vacio, demasiado tranquilo, pero por fortuna encontramos nuevos amigos en el area de la plaza principal, donde comenzamos nuestro largo proceso de rehidratacion.

            

  Afortunadamente gozamos de la calurosa bienvenida de los pobladores, con quien brindamos por el triunfo de la NCA, de haber encontrado la ruta en bicicleta a El Platanar. Aqui vemos en la imagen a nuestros amigos con quien compartimos nuestra ardua hazaña. A la derecha tenemos al Ropillas, quien nos comparte interesantes anecdotas y nos da una buena reseña del El Platanar.

         

  Aqui vemos a Nachoscott ingiriendo su enesima cerveza, que lo hace olvidar la dificultad con la que tendra que lidiar mas tarde al lavar sus calcetines. Al lado izquierdo de el Ropillas, tenemos a otro de nuestros nuevos amigos, quien nos invita amablemente a la boda del pueblo que transcurria en ese momento. Fue dificil negarnos. El hambre nos hizo perder la pena, asi que...

          

...aqui estamos, disfrutando una sabrosa y picante birria, con tortillas blanditas y calientitas. De izquierda a derecha tenemos a Nachoscott, Ropillas, Andrescoutt y Gerardoug quien se ve ya un poco pasado de Tequilas.

             



En la boda pudimos ver a la mayoria de la gente del pueblo, esto de alguna manera explica porque a nuestra llegada a El Platanar, no veiamos gente en las calles. La preparacion de la comida require de la colaboracion de varias familias y no solo de los familiares de los novios, por lo que la comida es abundante y se comparte con todos. Es una fiesta ejemplar donde reina la convivencia y la alegria. Quizas nosotros desentonamos un poco con nuestro atuendo de ciclistas enlodados, pero apreciamos grandemente la invitacion y pronto se nos olvido la pena causada por nuestro sucio aspecto. Pasamos momentos muy agradables y tuvimos la suerte de ser recibidos como en nuestra casa. Ha sido un gran honor para los miembros de la NCA el haber conocido nuevos amigos que nos hacen recordar esta aventura como una de las mas memoriables. Agradecemos ampliamente al Ropillas y sus amigos por las atenciones prestadas que con sus indicaciones nos permitieron un regreso mas rapido utilizando brechas y carreteras, de tal manera que llegamos a salvo a la hacienda San Ignacio al anochecer.

Esperamos que El Platanar siga siendo el pueblo tranquilo y amable que hemos conocido. No nos despedimos, nos vemos en nuestra proxima aventura, estimado lector!

    F I N                            
 
Este reportaje ha sido una cortesia mas de...



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